6 de enero de 2016

                   Hola mis queridas amigas,  hoy quiero contarles la gran pena que me aqueja.  El día lunes 4 de enero falleció mi adorada mamita.  Tras una larga enfermedad ella dejó de sufrir.   Ha partido a encontrarse con nuestro Señor y la Virgen.

                    Mamita has sido todo en mi vida, un ejemplo de mujer esforzada, una madre ejemplar, una esposa abnegada, una artista con tu voz y tus manos. Te extrañaré mamita mía, tanto que no lo puedes imaginar, porque aun siendo yo una mujer mayor me siento como la más indefensa niña sin su mamá.
                   Mamita mía no sabes cuánto me harás falta. No habrá nadie que pueda halagar mis trabajos manuales como lo hacías tú, todo era lindo, todo te gustaba, eras mi fan número uno.

                   Mamita mía se que ahora estas descansando, estarás sentada al lado de tu amada Virgen del Carmen, quizás recitando tus hermosas poesías o cantando con tu dulce voz alguna de las lindas canciones que me cantabas cuando yo era niña.

                   Mamita, mamita mía ya no podré abrazarte, ni besarte, ni sentir tu dulce olorcito de mamita, mi corazón está roto de tanto sufrir, ya mis ojos hinchados de tanto llorar.  Pero es que me cuesta aceptar que te hayas ido,  tanto tiempo de estar a tu lado cuidandote, día tras día, que me acostumbré y pensé que sería así por siempre, juntas hasta la eternidad.

                   Ahora debo aceptar que ya no estaremos juntas, pero mamita mía serás mi angelito de la guarda y así nadie nos separará jamás.  Te llevaré por siempre en mi corazón.

                   91 años de vida, 62 años de casada y 60 años de ser tu hija, qué orgullosa me siento de haber sido tu hija.

                  Te amo por siempre mamita.


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